El atentado de la semana pasada al primer ministro eslovaco de extrema derecha, Rober Fico, es otro botón de muestra de la violencia política que se genera en sociedades altamente polarizadas.
También la semana pasada alcanzaron un acuerdo político cuatro partidos de los Países Bajos para armar una coalición de gobierno, en la cual Ronald Plasterk del partido del Trabajo sería primer ministro.