De cara a las elecciones parlamentarias de la Unión Europea el domingo 9 de junio, vale la pena detenerse a reflexionar sobre las lecciones políticas que el viejo continente brinda para México y América del Norte.
El próximo gobierno de México, gane quien gane la elección presidencial, debería promover la ratificación del tratado comercial entre Europa y nuestro país, que como decía en mi última columna, lleva al menos cinco años durmiendo en los cajones de Palacio Nacional y Bruselas. ¿Pero qué Parlamento encontrará el nuevo gobierno mexicano en Bruselas y cómo diseñar una estrategia para impulsar esta ratificación?