No es un secreto que la alta prevalencia de la informalidad en los mercados laboral y empresarial (también en el político-electoral) es uno de los retos más importantes para México. Su fuerte presencia está relacionada con la baja productividad, la insuficiente recaudación, el incumplimiento de las normas, la menor inocuidad y la extorsión que funciona como freno para la inversión, el crecimiento empresarial y la formalización.