Nuestra democracia sigue evolucionando, aunque en algunos aspectos no necesariamente para bien. En particular, me refiero al inicio de los procesos electorales internos fuera de los tiempos legales de campaña. En todo caso, ya tendrá que el INE revisar de fondo los procesos que estamos viviendo este verano. En el futuro sería sano un debate sobre si, por
un lado, los tiempos electorales fijados en la ley son tan estrechos que obligan a los partidos a utilizar artimañas para que sus procesos internos den tiempo a la muy necesaria participación de los ciudadanos; o si, por el contrario, partidos políticos y precandidatos merecen sendas sanciones por estos eufemismos de “campañas que no son campañas” Hoy por hoy lo único cierto es que las leyes electorales nacieron para que hubiese equidad en la contienda. No parecería que estén cumpliendo con ese propósito.