A la frecuente pregunta sobre el tamaño del posible impacto del nearshoring la respuesta correcta es tan grande como el país quiera. Será y es importante ya ahora; la propia integración de América del Norte ha demostrado en los últimos 30 años ser muy positiva para la economía nacional, a pesar de que no se adopten aquí las medidas pertinentes para aprovecharla. El punto es que los beneficios pueden ser mucho mayores, más profundos e incluyentes en términos regionales,
sectoriales y por segmentos de población.