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Última y tardía llamada

por | Feb 23, 2022 | En los Medios

Luis Fernando De la Calle

La economía mexicana enfrenta muchos y diversos retos de los que se habla con frecuencia: bajos niveles de ingreso, desigualdad social, sectorial y regional, insuficiente recaudación, mala asignación del gasto público, poca intermediación financiera, bajos niveles de productividad en muchos sectores y empresas y otros. En este 2022 vale la pena concentrarse en dos: el poco crecimiento, producto de niveles insuficientes de inversión y la inflación que no empieza a ceder.

Sería lógico pensar los primeros tres años del presidente Andrés Manuel López Obrador como los más difíciles de su sexenio en el ámbito económico. Después de todo, enfrentó una severa crisis como resultado de la pandemia Covid-19 que deprimió el producto interno bruto (PIB) en más de ocho por ciento en el segundo año de su gobierno, la caída más pronunciada de las últimas décadas. Visto así, el segundo trienio debiera ser un día de campo. No obstante, los retos que enfrentará el equipo económico del presidente quizá sean más difíciles de manejar, a pesar de que la pandemia ya no lleve a cierres ni confinamientos, ni se espere un desplome del PIB.

Por dos razones: la primera relacionada con los bajos niveles de inversión en la economía. La proporción de inversión sobre PIB de 2021 de 19.7%, para los tres primeros trimestres, representa, contra el pico de 2016, la caída más pronunciada desde 1995. En ese entonces, la crisis económico-financiera forzó a una reducción brutal de la absorción (consumo e inversión) para generar un amplio superávit comercial con el objetivo de revertir condiciones galopantes de deterioro macroeconómico. Ahora no se tiene ese pretexto; por el contrario, las estrellas se han alineado para que el país sea altamente atractivo a la inversión ante la necesidad de diversificación de exposición al riesgo chino, al tiempo que Estados Unidos ha tenido un incremento significativo de la inversión privada (de 4.6 puntos porcentuales de su PIB desde 2009), lo que la impulsa aquí, y en presencia de un exceso de liquidez que permite el financiamiento de casi cualquier proyecto.

  

Artículo originalmente publicado en El Universal

Foto: El Universal